Estos días he estado reflexionando sobre el cambio y por esa razón voy a escribir sobre ello en este post.
El cambio ha sido visto tradicionalmente con miedo para unos y con oportunidad para otros. Sin embargo he pensado que podría dársele otro enfoque: el de recurso permanente que orienta un nuevo modo de plantearse las cosas, al que no hay que temer ni exigir tanto.
Si afrontar la novedad implica reflexión profunda, nerviosismo, búsqueda de nuevos paradigmas, etc, etc, normal que estemos atemorizados y nos entre pánico sólo de imaginarlo. Y aunque es cierto que en ciertas ocasiones no llega de otro modo, planteo la posibilidad de vivir en él de forma habitual, con confianza y familiaridad. Eso qué implica? Una mentalidad abierta a experiencias distintas, un afán por el conocimiento continuo que se alberga en cada hecho, una aceptación amable de lo que nos va llegando y un agradecimiento constante por la vida.
Y como nos hemos reunido aquí para hablar de ventas entre otras cosas, por qué no lo aplicas a tus relaciones con los clientes dejando de ver solo cifras y visualizando personas? Por qué no lo aplicas a tus procesos y empiezas a experimentar nuevas formas de hacer las cosas, menos rígidas y más creativas? Por qué no confías en tu capacidad de reinventarte?
Como dice Alejandro Jodorowsky…
Concédete todas las posibilidades de ser y cambia de caminos cuantas veces te sea necesario…