El comercio minorista (retail) está inmerso en un proceso de transformación profundo que afecta a los modelos existentes de negocio, a las relaciones con los clientes y al nivel de servicio que se pretende proporcionar.
A día de hoy la tienda física sigue siendo el principal punto de encuentro con los consumidores pero el desarrollo y protagonismo que ha ido adquiriendo el entorno digital pronostica un cambio acusado en las relaciones B2C, auspiciado por los nuevos hábitos y exigencias de la sociedad actual, más conectada e informada y más acostumbrada a la inmediatez en las respuestas.
Este panorama desvía nuestra atención hacia nuevos conceptos y estrategias: retail intelligence, retail apps, customer experience, marketing retail, omnicanal, de los que os hablaré en otro artículo.
Por otra parte, la crisis económica de los últimos tiempos ha contribuido a asentar formatos de consumo más adaptados a las circunstancias, planteando un horizonte incierto para la distribución tal y como se entendía hasta ahora y que necesariamente va a pasar por mejorar las condiciones y experiencias de compra.
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